sábado, 12 de septiembre de 2009

Fútbol de pago... O de pega?

Escribo para anunciaros que desde hoy, odio el fútbol. Pero no el fútbol como deporte o como ese juego entretenido en el que dos equipos de once jugadores persiguen golpeando con el pie un balón esférico con el objetivo de introducirlo en la portería del equipo contrario... No. No me refiero a ese bello deporte. Me estoy refiriendo al enorme negocio en que se ha convertido. Me refiero al gran circo que ha instalado su enorme carpa central sobre los terrenos de juego en los que multitud de payasos se mueven, corren, patean, saltan e incluso simulan con gran efectividad que se pelean o se lesionan para entretener y sacar una leve sonrisa a los espectadores que, con infantil inocencia, han pagado una importante suma de dinero creyendo que van a ver a unos atletas honestos, honrados, íntegros y de moral intachable que luchan con noble pureza por engrandecer el deporte al que aman, por ennoblecer la leyenda del espíritu deportivo que tanto admiramos esos románticos que todavía quedamos por el mundo.

Y porqué una persona como yo, que siempre se había sentido atraído por éste juego, es capaz de llegar a odiarlo?.
Pues la respuesta es fácil de entender pero difícil de explicar. Pero voy a tratar de hacerlo aquí y ahora.



Resulta que cuando yo ya no creía que se pudiera llegar a practicar el fútbol de esa forma romántica que yo siempre había tenido en la cabeza de lo que debe ser éste deporte, entonces va y aparece un personaje llamado Pep Guardiola en un equipo llamado F. C. Barcelona, que alcanza la sublimación. Eso hace que crezca en mi una ilusión renovada y una pequeña sonrisa se esboza en mi rostro cuando sé que se retransmite un partido de éste equipo por televisión y crece mi interés en seguir todos y cada uno de los encuentros que dispute éste maravilloso equipo.
Hasta aquí muy bien. Pero ahora resulta que un grupo de desalmados, de delincuentes y maleantes, deciden que a partir de ahora el negocio del fútbol debe ser aún más rentable para los intereses de sus empresas colonialistas y opresoras. Toman la decisión de retransmitir los partidos de fútbol mediante el método de "pago por visión" y emitir tan sólo un partido en abierto los sábados por la noche. Partido de dudoso interés general, todo sea dicho...
Pero no se detienen ahí. También pretenden sacar mayores "royalties" mediante la emisión de partidos en las salas y pantallas de cine de nuestro país... Pero qué barbaridad es ésta!! Cine y fútbol son dos mundos ya de por sí enemistados. No soy capaz de imaginar ni concebir a los energúmenos que pueblan nuestros bares gritando hasta que la sangre se les sale por los ojos cuando un árbitro no señala un penalti a favor del equipo al que ama más que a su propia esposa, o a un grupo de esos seres que son capaces de agredir hasta la muerte a un integrante de la afición contraria por el simple "acto de provocación" que supone vestir una camiseta con los colores del equipo rival, sentados tranquilitos en una sala de cine, viendo educadamente y en silencio un partido de máxima rivalidad... No sé, quizá estoy falto de imaginación pero de verdad que no lo veo... No lo veo...

Pero lo más irritante, lo más desesperante, lo más absurdo, lo más grotesco, lo más esperpéntico de toda ésta situación y lo que hace que todo éste circo llamado fútbol se haya convertido en el disparate más grande que yo haya visto en mucho tiempo, se debe a la aparición de un nuevo canal de televisión llamado GOL TV, nombre ridículo donde los haya, que ha anunciado a bombo y platillo que va a retransmitir prácticamente la totalidad de los partidos de fútbol en éste país, lanza una campaña de márketing multimillonaria superada sólo por el gasto indecente provocado por la adquisición de los derechos de emisión, y consigue que el aficionado se decida a gastar el dinero que tanto le cuesta ganar para poder disfrutar de su deporte favorito durante toda ésta temporada. El aficionado entonces, pregunta qué debe hacer para procurarse el derecho de visión de dicho canal y entra en una espiral de respuestas contradictorias que no hacen mas que confundirlo. En ese momento, dicho aficionado, acaba de adentrarse sin saberlo en un laberinto sin salida en el que no hace mas que oír palabras como "decodificador", "plataforma digital", "Mediapro", "PCMCIA", "tarjeta receptora" y otros disparates...

Y cuando por fin entiende que lo que debe hacer es ir a una tienda suministradora para hacerse con un aparato "mágico" que le permitirá cumplir ese sueño dorado en que se ha convertido el ver fútbol por televisión, entonces el amable vendedor, con una sonrisa socarrona pintada en su rostro, le dice que debe apuntarse a una lista de espera de unas 200 personas para conseguir dicho aparato... Se lo pueden creer!!??... Después de haber tenido que oír que las cadenas y plataformas que poseen los derechos del fútbol ganaron el año pasado 242,6 millones de euros netos, ahora resulta que la explicación a todo ésto es que no han tenido tiempo para preparar suficientes aparatos mágicos... Alguien se lo cree??

Lo triste de todo es que el resultado final lo pagamos, en sentido literal y figurado, los aficionados al fútbol... Mejor dicho... Lo pagáis... Porque a mi... Ya no me gusta el fútbol.

Muchas gracias y... Hasta luego.


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