La Crisis Adelgaza

Esta claro que la crisis económica está afectando al bolsillo del ciudadano de a pie. Y digo "ciudadano de a pie", porque es precisamente caminando como están empezado a combatir la crisis los que hasta ahora usaban transporte público urbano a diario.

La noticia ha sido publicada en todos los periódicos de Barcelona. El Metro y el Bus de la Ciudad Condal han visto cómo se reducía su número de usuarios en 7 millones de trayectos menos respecto a las cifras alcanzadas el año pasado en las mismas fechas. O sea, un 1,7 % menos. Y es que parece que a la hora de apretarse el cinturón hay que empezar por reducir gastos en pequeñas cosas como los traslados cortos dentro de la misma ciudad. Muchos usuarios que hasta ahora no dudaban en coger el metro o el autobús para un trayecto de 4 calles, han empezado a estirar las piernas, y es que, unos por pereza o por cansancio, otros por ganar tiempo y otros simplemente por costumbre, evitaban el caminar ni que fuera hasta la siguiente esquina.

Como todos sabemos, caminar es saludable. Caminar es muy recomendable para una vida sana. No hace falta descubrir ahora lo beneficios para nuestra salud que supone andar unos pocos kilómetros al día. Y eso es lo que está consiguiendo la crisis. Cuando nos han tocado el bolsillo, hemos sustituído el bonobús o la T 10 por el clásico "coche de San Fernando". Y aquello de "un ratito a pie y otro caminando" está consiguiendo, no sólo que descubramos rincones que no conocíamos de nuestra ciudad, sino que, mientras ahorramos, adelgacemos.

Y como quien no se consuela es porque no quiere, tenemos que sacarle el lado positivo a la crisis. Así que, a partir de ahora, conoceremos mejor nuestro barrio, los comercios de nuestras calles, la belleza de nuestros edificios más emblemáticos y, además, como estaremos más delgados, más sanos, más fuertes, más seguros de nosotros mismos y, por tanto, más guapos, más atractivos y más seductores, conseguiremos conquistar a ese vecino o vecina tan guapo o guapa que desde hace unos días hemos empezado a cruzarnos por la calle mientras vamos caminando hacia nuestro trabajo.

Pero llegados a este punto, me surgen las siguientes dudas: ¿Tendrá algo que ver en la decisión de empezar a caminar esos cortos trayectos las continuas huelgas que sufren los usuarios habituales de los transportes públicos de Barcelona? ¿Habrá influido en esa sana decisión las continuas subidas de precios a los que son sometidos esos mismos usuarios habituales? ¿En que medida ha repercutido la constante impuntualidad del metro y bus de Barcelona? ¿Están cansados los poseedores de la T10 de los molestos apretones en la subida del metro en las horas punta? ¿ Y del Bus? Seguramente todas estas preguntas son la verdadera clave para entender porqué caminamos más pero... ¡¡Y lo bonito que es pensar que la Crisis adelgaza!!...

Muchas gracias y... Hasta luego.


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