miércoles, 21 de octubre de 2009

Lo que el dinero NO puede comprar.

Que vivimos en una sociedad materialista en exceso no se le escapa a nadie. Que sufrimos de un consumismo exacerbado, es un hecho. Que acumulamos y acaparamos bienes inútiles, es tristemente cierto. Que la codicia es un virus que afecta de forma indiscriminada a un alto porcentaje de la población mundial actual, no es una afirmación descabellada... Son los efectos secundarios haber firmado un pacto con ese capitalismo caníbal que sustenta nuestro sistema económico... Nos hemos convertido en devoradores de nosotros mismos y, por un puñado de dólares, arrastraríamos a nuestro prójimo hasta la mismísimas puertas del infierno.

El dinero nos domina. Los billetes son el cebo que nos hace picar el anzuelo de un sistema controlado por las entidades bancarias. Y una vez hemos caído en sus redes, es prácticamente imposible escapar.

Pero, ¿qué podemos hacer?... Nada. El sistema no dejará que nos rebelemos. Él mueve los hilos que controlan las marionetas en que nos hemos convertido. ¿Es demasiado tarde?. ¿Adaptarse o morir?...

Quizá no todo esté perdido. Hay indicios en la tierra que nos recuerdan que el dinero no puede con todo. Tenemos ejemplos palpables que nos muestran el camino a seguir. Que aún hay esperanza y que lo más importante en la vida depende, única y exclusivamente, de nosotros mismos. Así que, aferrémonos a la sabiduría de la naturaleza para, desde ahí, reconstruir nuestro entorno y vivir en equilibrio con el mundo que nos rodea.

Así, recordemos que el dinero puede comprar una casa, pero no un hogar. Puede comprar una cama, pero no un sueño. Puede comprar un reloj, pero no el tiempo. Puede comprar un libro, pero no el conocimiento. Puede comprar una posición social, pero no el respeto. Puede pagar los mejores médicos, pero no la salud. Puede comprar sangre, pero no la vida. Puede comprar sexo, pero no amor. Puede comprar las leyes, pero no la libertad. Puede comprar flores, pero no la primavera...

No olvidéis que... "La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión" (Aristóteles).

Muchas gracias y... Hasta luego.


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta reflexión creo que no está nada mal recordarlo de tanto en tanto... muchas veces se nos olvidan estos matices tan importantes por estar demasiado ocupados en nuestro micromundo...

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