miércoles, 21 de octubre de 2009

Somos lo que vemos.

¿Cuantas veces hemos oído que los niños imitan aquello que ven en los adutos?. Siempre se nos ha dicho que son como una esponja y que absorben todo aquello que ven para aplicarlo posteriormente a lo largo de sus vidas. Existe un condicionamiento mental al que los sometemos sin darnos cuenta y que ejercerá un poder enorme en sus mentes a lo largo de sus confusas vidas.

La infancia es una etapa trascendental en la vida de cualquiera. Es el momento en que forjamos nuestra verdadera personalidad, nuestro carácter y nuestra actitud ante la vida. Por tanto, no se debería de tomar tan a la ligera. Un niño es súper-observador, es súper-curioso y lo que le mostremos o enseñemos, es lo que aprenderá. Quizá no tenga efectos de manera inmediata pero quedará grabado a fuego en su subconsciente y emergerá a la superficie en el momento en que menos cabe imaginar. Para bien o para mal, así funciona nuestra mente y debéis tenerlo muy en cuenta para no cometer errores fatales que puedan llevar a vuestros vástagos a la perdición o al desastre en sus años venideros.

Lo que un niño sea y lo que un niño haga en el futuro, es lo que se le ha enseñado. El niño aprende automáticamente, casi instintivamente e imita a los adultos. Él quiere ser como sus padres, sus profesores, su hermano mayor... La situación se agrava cuando al adulto no le gusta lo que su hijo hace y reacciona con castigos, represión, gritos, broncas y, en los casos más graves, con palizas. En ese momento, la confusión del niño es máxima, se siente perdido. El que ha sido su ejemplo de conducta lo reprime por hacer lo mismo que él, por imitarlo. Surgen dudas y preguntas... ¿Para qué voy a aprender?, ¿para que voy a hacer caso a mis padres y profesores?, ¿para que voy a estudiar?, ¿Quiero ser en verdad como mis padres, hermanos o profesores?... Resultado: Nacen los primeros traumas y complejos.

Para ilustrar la idea que os quiero transmitir, he encontrado un vídeo muy explícito que ahonda en los efectos que puede provocar la mala conducta de los adultos en un niño... Además, os daréis cuenta de lo hipócritas que somos porque veréis conductas que, realizadas por un niño os parecerán detestables pero, si el que la lleva a cabo es un adulto, lo aceptamos sin más...




Quizá habría que replantearse muchas cosas, no?... Haced lo que queráis, pero pensad antes, que siempre puede haber un niño observando...

Muchas gracias y... Hasta luego.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes que tienes mucha razón en lo que has escrito? No somos conscientes del daño que les podemos llegar a hacer con nuestras conductas, pero sí que les exigimos que no cometan nuestros mismos errores, cuando los que hemos de rectificar somos nosotros y no ellos.
Leyendo estas lineas he pensado que aunque no te gusten los niños y digas que huelen mal serias un buen padre, sólo por tus principios y forma de hacer. Un besito y hasta el lunes!!! Sabes que yo nunca criticaré tu negativa a ser padre, me parece coherente con tu forma de ser, aunque yo sí que sea madre y me encante,a veces,ja,ja,ja,

Maribel dijo...

Estoy de acuerdo que son un ejemplo, no solo los padres y profesores, de todo lo que un niño nos puede ver hacer, pero tambien el resto de la sociedad y no te olvides de esa fantastica maquina "la tele" y todos sus programas infantiles que no se cual de ellos es mejor, si el que los trata como tontos, o como demasiado mayores, pero hay algo que se te escapa, a veces los adultos nos sorprendemos de lo que un niño puede hacer y decir, pues en casa no lo ven.
No echemos siempre la culpa a los padres y profesores a veces ni ellos conocen a sus hijos.

Jordi Mestres dijo...

Bueno, Anónimo...
Aunque agradzco tu halago, sigue sin interesarme la paternidad. Pero tu respeto por mi decisiónte honra.

Maribel, Maribel...
Ante todo, bienvenida. Pero no creo que debas eludir tu responsabilidad. Los padres sois el primer ejeplo a seguir y, como tal, debéis enseñarles a reaccionar y actuar ante situaciones que no conozcan y alejarse de lo que les es pernicioso y nocivo. ¿Es mucha responsbilidad? Si, es cierto. Pero ese es el problema. Que muchos padres no son conscientes de la responsabilidad que adquieren trayendo al mundo a un hijo. Es muy fácil mirar hcia otro lado... pero no es lo correcto.

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Muchas gracias. Besos.

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